¿Qué es la facilitación profesional?

¿Qué es la facilitación? ¿Qué aporta la facilitación profesional y para qué podrías necesitarla? Si tu trabajo te lleva a colaborar o a tener que dirigir trabajos colaborativos, o simplemente reuniones con más de dos personas, la facilitación es una herramienta potente para tener mejores resultados. Te puede incluso llevar a disfrutar más del camino.

¿Qué es la facilitación? Cuando digo que “soy facilitador”, lo más habitual es que tenga que explicar qué es lo que hago, porque no resulta muy (o nada) claro a quién no conoce el oficio.

En el mundo hispánico, la facilitación es todavía poco conocida, aparte quizás de los entornos “Agile”, al opuesto del mundo anglosajón donde la facilitación es muy común y está integrada en el día a día en muchas empresas. La palabra facilitación es poco usada, y muchas veces escuchamos hablar de “dinamización”, que tiene a fin de cuentas un sentido muy similar.

¿Qué hace un facilitador profesional?

Si tomamos la palabra en su sentido más literal, la facilitación es el arte de hacer una tarea más fácil para otra persona. Por lo tanto podríamos decir que cualquier persona facilita a diario; ayudando a mi pareja en casa, a mi compañera de trabajo en la oficina, dejando mi sitio en el metro a una persona mayor, ayudando a mis hijos a hacer sus deberes, etc.

De la facilitación a la facilitación profesional

El facilitador profesional interviene cuando la tarea se vuelve más compleja y requiere implementar sistemas de apoyo avanzados. Es posible facilitar el trabajo de una sola persona, pero aquí nos centraremos en la facilitación destinada a colectivos de personas, ya sean grupos que se juntan puntualmente, o equipos ya formados que trabajan juntos a diario.

Las ideas buenas suelen encontrarse fuera de nuestra zona de confort. Facilitar es el arte de crear un espacio que permite a las personas aventurarse en esa “zona peligrosa” sintiéndose lo más seguros posible.

Expertos en forma de trabajar

El facilitador no busca hacer el trabajo del grupo, ni tampoco simplificarlo. Trabaja para crear las mejores condiciones posibles de colaboración, para que el mismo grupo pueda llevar a cabo las acciones necesarias para alcanzar la meta que el mismo, o su dirección,  ha fijado.

Facilitar no es ser experto en el contenido de la reunión. Podemos facilitar el trabajo de un grupo de expertos sin tener pericia en la materia nosotras mismas. Somos personas expertas de la forma, dejamos el fondo a nuestros participantes.

Como facilitador, no me importa dirigir una reunión de físicos nucleares, ellos hablarán de lo suyo, yo estaré para hacer que fluya la información de forma óptima.

Nuestro rol fundamental es centrar y optimizar las energías del grupo en el objetivo predefinido del encuentro.

Una variedad de ámbitos de intervención

La persona facilitadora puede ser interna a la organización o al equipo, o puede intervenir como externa, es decir siendo consultor y colaborando en todo momento de forma cercana con su cliente, su “comanditario“.

Como facilitadores podemos intervenir en cualquier momento donde un grupo necesita maximizar su nivel de colaboración. Pueden ser intervenciones de una hora como de varios días. Pueden ser puntuales, o hasta diarias.

¿Intervención puntual o repetitiva?

Cuando se interviene de forma puntual, lo fundamental de cualquier facilitación reside en el diseño de las dinámicas. Este trabajo se realiza antes del encuentro y es en realidad a menudo la mayor parte del trabajo de facilitación.

En cambio, cuando la facilitación se vuelve un rol cotidiano en la organización y sus reuniones, el facilitador es quien se encarga de asegurar que se sigan los “rituales“, las pautas, de una reunión eficaz (ej. centrarnos en el tema de la reunión, asegurar que estemos cómodas, ser guardian del tiempo, etc.).

Ejemplos de intervención

Te ponemos aquí una lista no exhaustiva de ejemplos de situaciones donde tener una persona facilitadora aporta valor:

• Dinamizar reuniones operativas o estratégicas, haciendo que se maximicen sus resultados. En nuestro mundo idea de Adesios, la facilitación es algo cotidiano de las organizaciones. Cada vez hay más que incluyen el rol de facilitación en todas sus reuniones, integrando un facilitador interno o dando el rol a algún miembro de sus equipo.
• Dinamizar las actividades del seminario anual de una empresa (creando momentos de cohesión, momentos creativos, momentos de aprendizaje, reflexiones, etc.)
• Facilitar una sesión creativa para crear un prototipo de producto.
• Crear un taller de retrospectiva, para luego imaginar con fundamento la estrategia de la organización para el año siguiente.
• Generar aprendizaje colaborativo y apoyo en un grupo de directivos, o de pares, usando por ejemplo el codesarrollo profesional
• Crear sesiones formativas de impacto basadas en el aprendizaje colaborativo, por ejemplo, con Explorers o con El Mural del Clima.
• Crear un evento de lanzamiento para un nuevo proyecto.
• Acompañar un cambio organizativo de forma colaborativa, implicando a todas las personas del equipo.
• Generar cohesión y resolver tensiones en un equipo.
• etc.

Esta lista está lejos de ser exhaustiva, podemos imaginar tantos temas de facilitación como razones de tener un tiempo productivo en grupo.

Te quiero dejar un secreto para finalizar: una facilitación exitosa reside en gran medida en fijar un objetivo muy claro al inicio. Más claro el objetivo, más fácilmente podremos diseñar un proceso colaborativo eficaz, donde las personas notarán que han invertido bien su tiempo, y además han disfrutado del tiempo juntos (incluso cuando hay conflictos, pero eso ya lo vemos otro día :)).