El artículo dice en resumen que las marcas tienen un nuevo reto si quieren sobrevivir: tener un propósito explícito y alinear sus acciones con ello. En días de información instantánea, cualquier desviación entre lo que se dice y lo que se hace pasa factura inmediata, tanto en la imagen de marca como en las ventas, o en la valoración de las acciones. Además, las empresas han de implicarse en lo que preocupa a sus clientes, sea el medio ambiente, la desigualdad u otros propósitos superiores que nos implican a todos. Las empresas han de ser líderes ejemplares.
El artículo se centra en las marcas, pero a mi parecer revela una realidad mucho más amplia que nos toca a todos, como personas, como empresarios, como líderes en cualquier ámbito, o simplemente en nuestras relaciones. La marca, sea corporativa o personal, ya no puede ser solamente imaginaria, tiene que reflejar hechos.
El tiempo del políticamente correcto (decir lo que creemos que el otro quiere oír) y de las lecciones morales gratuitas (entendidas como lecciones sin dar el ejemplo) va tocando a su fin. El mundo digital, político, marketing, social ha creado una especie de realidad alternativa dónde cada uno se ha creado una imagen. Lo que pasa ahora es que todos vemos lo superficial que puede ser esa imagen y tenemos ganas de volver a una realidad más real.
La consecuencia es una gran invitación a movernos hacia lo que nos importa de verdad, porque de lo contrario no somos creíbles, ni como personas ni como marcas.
¿Cómo hacemos entonces? ⇒ Haciéndonos las preguntas que importan para poder dejar nuestro granito de arena, es decir;
En mi experiencia, algunas de las respuestas a veces duelen un poco, pero ¡cuánta gratificación te llevas por el camino!
Afirmarse nos lleva a diferenciarnos y a inspirar a los demás. Nos lleva al liderazgo ejemplar y resonante. Nos hace más interesantes para las demás personas y es una gran ventaja cuando quieres ponerte a trabajar en equipo.
El líder, la organización de mañana es quién ha entendido eso y lo vive todos los días. Sea una persona o una marca, ya no vale solo anunciar o pretender, hay que actuar con decisión, implicarse.
A partir de hoy, el lema es: Practica lo que predicas, “practice what you preach”, y te seguirán.
Si te interesa saber más sobre cómo aplicar estos principios contigo mismo, tu organización o equipo.
El articulo original: La rebelión de las marcas
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