Aquí está probablemente el drama de la formación en general y de la formación en empresa en particular. En su artículo “Where companies go wrong with Learning and Development” (Donde las empresas se equivocan en materia de aprendizaje y desarrollo), Harvard Business Review nos deja un retrato aterrador de la formación en empresas.
El artículo está muy inspirado en grandes empresas, aquí lo adaptaremos a organizaciones más pequeñas como pueden ser las PYMEs y los centro formativos. Descubre las palancas para que tus formaciones sean tiempo y dinero bien invertido.
Formaciones que llegan en el momento equivocado, donde se privilegia la teoría frente a la práctica. Formaciones usadas como palanca de negociación en ascensos y desvinculada de los resultados. Acciones formativas evaluadas por su contenido o por sus créditos, en lugar de mirar los resultados que se obtienen con ellas. Formaciones estándar dadas a todos los colaboradores sin preocuparse de identificar las necesidades reales de cada uno, etc…
Esos son algunos de los motivos que hacen que la formación tal y como se ha dado tradicionalmente en muchas organizaciones puede llegar a ser un verdadero desgaste. Actualmente en España la imagen que se tiene de la formación no deja duda: estos problemas siguen estando muy presentes.
¿Te suena algún comentario de estos?
«Vamos muy a menudo de formación porque toca, porque se nos obliga.» «Nosotros sólo cumplimos con la formación si está subvencionada.» «Apuntala como asistente pero no irá porque me viene fatal con todo el trabajo que hay que hacer.»
Simplemente no se le ve la rentabilidad. En consecuencia y para dar un barnizado todavía más turbio, los asistentes llegan a clase con un nivel de atención bajo y lo que es peor en muchas ocasiones, sin ver ellos mismos el interés que tiene el taller que se les propone.
Con esta realidad, los resultados no pueden ser otra cosa que flojos, o contraproducentes, o desastrosos. Desastrosos porque además de aprender algo inadaptado a las necesidades de los colaboradores, el trabajo diario se queda pendiente.
Ahora bien, ¡no todo está perdido! y por poco que quieras, dispones de muchas palancas para mejorar tus formaciones. Partamos de 3 constataciones que te dirigirán hacia formaciones productivas y ‘disfrutables’ para tus equipos:
La HBR nos propone unas cuantas prácticas para mejorar los resultados de tus formaciones. Recogemos aquí las 6 que nos parecen más interesantes para PYMEs y centros educativos:
Una ingeniería de formación en empresa eficiente y productiva no puede empezar por otra cosa: asegurar que la formación corresponde a las necesidades de tus equipos. Es incluso ideal que sean los propios miembros de tu equipo quienes pidan su contenido porque les va a resultar inmediatamente útil.
Existen metodologías que permiten hacer que los talleres de formación se adapten a todos los perfiles presentes. Adaptamos la forma de dar el contenido en función del público que tenemos y/o damos el contenido siguiendo un orden que permita captar la atención de todos, por ejemplo, basándose en sus perfiles DISC o 4Colors, o en sus talentos personales.
De la misma forma, las tecnologías actuales pueden ser una buena herramientas: permiten crear aplicaciones que adaptan el contenido de la formación a las necesidades, al contexto o a la forma de aprender de cada persona.
Aquí también hacemos que la teoría sea más amena. A todos nos gusta una buena historia y la retenemos mucho más que la teoría pura y dura. Por eso es vital buscar aplicar los conceptos a situaciones reales de tu organización. Aprendes ya sabiendo cómo vas a usar esos conceptos. Las formaciones se vuelven talleres experienciales. Las formaciones “top-down” (arriba-abajo) son ineficaces, a menos de ser muy cortas e inmediatamente transformables en acciones.
Ya imaginarás de dónde viene el modelo “LEAN Learning”. Está inspirado en el LEAN Manufacturing y del LEAN Startup. Dos modelos muy conocidos ya y usados en muchas organizaciones. Se caracteriza por una forma de aprender en 4 pasos:
Este ciclo permite alimentar a tu cerebro de la forma que le gusta, siendo práctico y repetitivo. La idea fundamental es que los alumnos concreten su aprendizaje, «prototipen» de inmediato, funcionen por iteraciones.
Nosotros le añadimos una dimensión que nos parece fundamental: la lúdica. Nos parece fundamental cuidar la dinámica de una formación, asegurando que tenga sus ingredientes «fun» para mantener la atención más plena posible de todos y además estimular su memoria con… ¡práctica!
Si quieres aprender euskera, centra tu atención en el 20% de palabras usadas en el 80% de las conversaciones, luego aplícalo en conversaciones reales de forma tan frecuente como te sea posible. Lo mismo se puede aplicar a cualquier materia. Aprendamos lo esencial, la práctica nos enseñará los detalles. Esa misma razón es otro factor a favor de los talleres experienciales, que se puede complementar con folletos para las dudas más pequeñas.
Cuando un colaborador busca aprender una nueva competencia, lo primero que hace no es preguntar a un motor de búsqueda o pedir una formación. Lo primero que hace en el 55% de los casos es… preguntar a un colega de trabajo. Si a esto le añades que todos aprendemos mejor cuando enseñamos a otros, el aprendizaje entre pares se vuelve una palanca muy potente para cualquier organización. Para ello existen varias opciones:
No es siempre necesario enviar a toda la empresa a un seminario de 3 días, durante el cual el aprendizaje no es siempre efectivo y donde las tareas diarias terminan por acumularse y retrasarse. Favorece las píldoras cortas pero frecuentes y muy prácticas, adaptándolas a las necesidades de cada equipo.
¿Necesitas mejor comunicación en el equipo? Propón talleres de 2h al mes para ir generando nuevos procedimientos, por ejemplo, inspirándose en la sociocracia.
¿Toca implantar una nueva metodología de trabajo? Alterna talleres de contenido práctico con talleres de competencias blandas que ayudarán a la organización.
El gran secreto: Pregunta y escucha mucho lo que dice tu gente, es la más apta para detectar sus propias necesidades.
Sin duda la formación en empresa es vital, pero no de cualquier manera. ¿Te atreves?
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